Después de comer nos vinimos Ana y yo a dar un paseo telescopio en ristre. Había un Gavión más que ayer (o sea, que había dos), y seguían las Espátulas y la Gaviota guanaguanare.
Cuando estábamos observando las Agujas colinegras, un Cormorán grande salió caminando de la ría justo frente a nosotros y, tras sacudirse el agua con una serie de aparatosos aspavientos, se encaramó a una lancha varada para proceder a secarse al aire. A pesar de estar a escasos 5 metros de él, no mostraba mayor interés por nuestra presencia, lo que nos permitió tomar varias fotos de primer plano, una de la cuales muestro a continuación. En la otra se ve a Ana alucinando con con los ojos esmeralda del Cormorán.
24.2.06
22 de febrero: Qué frío
Anunciaban lluvias, pero al final no cayó ni gota, y en cambio durante toda la tarde sopló un fuerte viento helador. La bajamar mantenía a casi todas las aves muy lejos del paseo. A fin de identificarlas y contarlas desde la distancia era necesario agarrar con fuerza el telescopio, para evitar vibraciones. Hubo un momento en que yo ya no sabía si el telescopio se estremecía debido al viento, o si era porque yo le transmitía mi tiritona, o si quienes temblaban eran los pobres correlimos y archibebes allí lejos, o ellos y yo a la vez, y el telescopio, todos juntos, y hayhayquéfríoooquéfrrrriiioooomásgrandeee. Tampoco sé si el creciente enrojecimiento de mis nudillos eran sabañones o el efecto pernicioso de frotarme sin cesar las manos. Lo cierto es que de tanto frote nervioso al final logré que los dedos me brillasen más que el trípode... Pero no que temblasen menos. Luego había una gota empeñada en instalarse para siempre en el extremo de mi nariz que... Pero esa ya es otra historia. Sólo diré que lo largo de la tarde acumulé tantos pañuelitos de papel usados en los bolsillos de la cazadora que al marcharme parecía el primo de Don Pimpón.
A última hora se acercó Berto, para disfrutar también de la temperatura y de las aves.
Seguía por aquí la Gaviota Guanaguanare de primer invierno, sólo que ahora está coja de una pata. Pobre, con el frío que hace. Para alimentarse, y a fin de no perder el equilibrio a causa del viento, se veía obligada a abrir las alas cada dos por tres.
Regresaron las espátulas, y son tres. Había además 4 Agujas colinegras. Al menos dos eran nuevas, porque lucían ya un casi completo plumaje nupcial. Suele ser habitual ya en estas fechas el paso tempranero de esta especie, que coincide con el de Ánades rabudos en los embalses del interior. Son aves tienen sus poblaciones invernantes más copiosas en el Sahel africano. ¿Vendrán éstas desde allí?
Conté además 459 correlimos comunes, 22 Archibebes claros y 1 Archibebe oscuro, 33 Chorlitos grises, 1 Gavión de tercer invierno, 4 gaviotas canas y 1 Gaviota de Delaware... Y un Cormorán grande anillado en Dinamarca.
Aquí está la Guanaguanare:
Aquí, el turista danés:
Este es un Bisbita común:
Por último, las Agujas colinegras:
A última hora se acercó Berto, para disfrutar también de la temperatura y de las aves.
Seguía por aquí la Gaviota Guanaguanare de primer invierno, sólo que ahora está coja de una pata. Pobre, con el frío que hace. Para alimentarse, y a fin de no perder el equilibrio a causa del viento, se veía obligada a abrir las alas cada dos por tres.
Regresaron las espátulas, y son tres. Había además 4 Agujas colinegras. Al menos dos eran nuevas, porque lucían ya un casi completo plumaje nupcial. Suele ser habitual ya en estas fechas el paso tempranero de esta especie, que coincide con el de Ánades rabudos en los embalses del interior. Son aves tienen sus poblaciones invernantes más copiosas en el Sahel africano. ¿Vendrán éstas desde allí?
Conté además 459 correlimos comunes, 22 Archibebes claros y 1 Archibebe oscuro, 33 Chorlitos grises, 1 Gavión de tercer invierno, 4 gaviotas canas y 1 Gaviota de Delaware... Y un Cormorán grande anillado en Dinamarca.
Aquí está la Guanaguanare:
Aquí, el turista danés:
Este es un Bisbita común:
Por último, las Agujas colinegras:
20.2.06
19 de febrero: Temporal del noroeste
Arrecia el temporal. De regreso de Malpica, donde estuvimos disfrutando de un estupendo flujo de aves marinas hacia el oeste (más de 700 gaviotas tridáctilas/hora y de 950 alcatraces/hora, entre otras cosas), Ana y yo nos pasamos por El Portiño a echar una ojeada. El paso de alcatraces era mucho más suave (en torno a 120 aves/hora), y sólo vimos una tridáctila. En torno a las islas de San Pedro había multitud de gaviotas sombrías y patiamarillas pescando, y sobre las peñas 125 cormoranes grandes preparándose para pasar la noche. A estos últimos se iban sumando, cuando nos fuimos, pequeños grupos que acudían desde Coruña.
Nos dirigimos entonces al castillo de San Antón, donde vimos 112 vuelvepiedras, 1 Charrán patinegro y 1 Gaviota argéntea de tercer invierno, además del batiburrillo habitual de patiamarillas y sombrías. Ya acariciaba el disco solar las azoteas de más allá del puerto cuando nos fuimos a casa a tomar un colacao muy caliente.
Nos dirigimos entonces al castillo de San Antón, donde vimos 112 vuelvepiedras, 1 Charrán patinegro y 1 Gaviota argéntea de tercer invierno, además del batiburrillo habitual de patiamarillas y sombrías. Ya acariciaba el disco solar las azoteas de más allá del puerto cuando nos fuimos a casa a tomar un colacao muy caliente.
17.2.06
16 de febrero: Mucho viento.
Fuerte ventarrón del suroeste, pleamar absoluta y aves muy inquietas: la perfecta combinación para una jornada de pocos conteos y fotos muy movidas, pero estupendas observaciones. Chorlitos, archibebes, correlimos y zarapitos peleaban codo contra codo por cada trocito de marisma, lo mismo que gaviotas, garzas y cormoranes. Las cabecinegras acababan desplazando siempre a las reidoras de los mejores lugares. Las últimas, en un número próximo a las 1500, se posaban alternativamente en el agua y en los prados inmediatos. Todo dependía de que hubiese o no perros...
He aquí algunas fotos de hoy. La primera corresponde a parte de la gran bandada de reidoras posadas en el agua. En la segunda, los correlimos intentan conciliar el sueño a pesar del ventarrón. Por último, un Zarapito real y tres trinadores.
He aquí algunas fotos de hoy. La primera corresponde a parte de la gran bandada de reidoras posadas en el agua. En la segunda, los correlimos intentan conciliar el sueño a pesar del ventarrón. Por último, un Zarapito real y tres trinadores.
14.2.06
14 de febrero: ¿Quiénes son las cabecinegras?
¿Quiénes son las gaviotas cabecinegras que hay en este momento en la ría?
Estos últimos días he contado allí 50 (día 10) y 45 (día 13) aves. Y he leído 13 anillas. Esto me permite arrojar cierta luz en torno a la cuestión planteada. Así, el reparto por edades de las cabecinegras censadas es el siguiente:
60,00 % Adultas
13,33 % Segundos inviernos
26,67 % Primeros inviernos
Las lecturas de anillas me permiten apurar un poco más:
Primer invierno: 1
Segundo invierno: 3
Tercer invierno: 0
Cuarto invierno: 7
Quinto invierno: 0
Sexto invierno: 1
Séptimo invierno: 0
Octavo invierno: 1
Pero, ¿serían acaso más las aves marcadas hace cuatro temporadas? Lo ignoro, de modo que no es conveniente sacar más conclusiones.
Es interesante la observación de un ejemplar de octavo invierno, toda una veterana. De hecho, su anilla estaba partida, cosa que no facilitaba mucho su lectura. Durante estos años, ha sido observada en 27 ocasiones, las tres últimas en la ría do Burgo, el 1 de marzo de 2005 y ya estos dos días de febrero.
En cuanto a los orígenes, conocidos a partir de las anillas, son éstos (n=13):
92 % Bélgica
8 % Holanda (1 ejemplar)
Aquí está la veterana de cuantas cabecinegras marcadas hay estos días en la ría (la reidora que hay tras ella lamentará lo mal que ha salido en la foto cuando vea este blog):
Estos últimos días he contado allí 50 (día 10) y 45 (día 13) aves. Y he leído 13 anillas. Esto me permite arrojar cierta luz en torno a la cuestión planteada. Así, el reparto por edades de las cabecinegras censadas es el siguiente:
60,00 % Adultas
13,33 % Segundos inviernos
26,67 % Primeros inviernos
Las lecturas de anillas me permiten apurar un poco más:
Primer invierno: 1
Segundo invierno: 3
Tercer invierno: 0
Cuarto invierno: 7
Quinto invierno: 0
Sexto invierno: 1
Séptimo invierno: 0
Octavo invierno: 1
Pero, ¿serían acaso más las aves marcadas hace cuatro temporadas? Lo ignoro, de modo que no es conveniente sacar más conclusiones.
Es interesante la observación de un ejemplar de octavo invierno, toda una veterana. De hecho, su anilla estaba partida, cosa que no facilitaba mucho su lectura. Durante estos años, ha sido observada en 27 ocasiones, las tres últimas en la ría do Burgo, el 1 de marzo de 2005 y ya estos dos días de febrero.
En cuanto a los orígenes, conocidos a partir de las anillas, son éstos (n=13):
92 % Bélgica
8 % Holanda (1 ejemplar)
Aquí está la veterana de cuantas cabecinegras marcadas hay estos días en la ría (la reidora que hay tras ella lamentará lo mal que ha salido en la foto cuando vea este blog):
14 de febrero: Noticias desde Canadá
He escrito de nuevo a Guy Morrison (haz click aquí para conocerle mejor), responsable del proyecto de anillamiento de Vuelvepiedras en Alert, Ellesmere (ártico canadiense). Fue para informarle tanto acerca de los últimos registros de la hembra que inverna en San Antón como de la reciente notoriedad pública adquirida por este ejemplar. Le envié los enlaces de La Voz de Galicia y otros periódicos sobre el tema.
La respuesta ha sido muy reveladora de cómo diversos países de este lado del océano compartimos tanto a los vuelvepiedras canadienses como la necesidad de nombrarlos de alguna manera "original". Si a nuestro Vuelvepiedras alguien decidió ponerle “Albert”, también otras aves del mismo proyecto registradas en otros lugares del Atlántico oriental han recibido su alias:
“Lorie” se llama uno que inverna en la isla de Ouessant, en Francia.
“Pierre” se llama uno que inverna en en Bélgica.
“Morris” se llama uno que inverna en Holanda.
“Mr. Ellesmere” se llama uno que inverna en Namibia. Este es para mi gusto el nombre más chulo.
La respuesta ha sido muy reveladora de cómo diversos países de este lado del océano compartimos tanto a los vuelvepiedras canadienses como la necesidad de nombrarlos de alguna manera "original". Si a nuestro Vuelvepiedras alguien decidió ponerle “Albert”, también otras aves del mismo proyecto registradas en otros lugares del Atlántico oriental han recibido su alias:
“Lorie” se llama uno que inverna en la isla de Ouessant, en Francia.
“Pierre” se llama uno que inverna en en Bélgica.
“Morris” se llama uno que inverna en Holanda.
“Mr. Ellesmere” se llama uno que inverna en Namibia. Este es para mi gusto el nombre más chulo.
13.2.06
13 de febrero de 2006: muchas agachadizas
Hasta diecisiete agachadizas comunes diferentes conté hoy en la ría. Récord para el estuario. Al poco de yo llegar, y mientras subía la marea, abandonaban un retazo de juncos que hacía agua por todas partes, para buscar posaderos más acogedores. Esto me permitió contar una a una las que se habían refugiado allí, al menos. Pero es probable que hubiese más en otras partes.
Además observé, entre otras cosas:
5 Zarapitos trinadores. Hay uno nuevo, por lo tanto.
67 Ostreros
38 Chorlitos grises
30 Garzas reales.
23 Garcetas comunes
31 cormoranes grandes
45 Gaviotas cabecinegras
1 Bisbita costero
Un helicóptero que voló del aeropuerto de Alvedro hacia la bocana de la ría levantó a todas las aves presentes, facilitándome así el conteo de los Chorlitos grises, especie que suele ser difícil de censar debido a su hábito de dispersarse durante la bajamar y ocultarse en la pleamar.
Algunas de las agachadizas posaron unos instantes para la blogsteridad:
Además observé, entre otras cosas:
5 Zarapitos trinadores. Hay uno nuevo, por lo tanto.
67 Ostreros
38 Chorlitos grises
30 Garzas reales.
23 Garcetas comunes
31 cormoranes grandes
45 Gaviotas cabecinegras
1 Bisbita costero
Un helicóptero que voló del aeropuerto de Alvedro hacia la bocana de la ría levantó a todas las aves presentes, facilitándome así el conteo de los Chorlitos grises, especie que suele ser difícil de censar debido a su hábito de dispersarse durante la bajamar y ocultarse en la pleamar.
Algunas de las agachadizas posaron unos instantes para la blogsteridad:
13 de febrero: Fotos de torcaces y limícolas
11 de febrero: sigue la Larus cachinnans
Hoy sábado 11 de febrero, a última hora de la tarde, o más bien primera de la noche, se quedaba a dormir en los pantalanes del Cub náutico de A Coruña la Gaviota cáspica Larus cachinnans. Pablo y Bárbara, que llevaban esperándola desde media tarde, pudieron así bimbársela.
10.2.06
10 de febrero: judicaturas y guanaguanare en la ría
Estos días hasta hay gente que se ha ido a la playa a aprovechar el calorcito que hace a mediodía. En la ría se estaba muy bien en camisa. Hasta que comenzó a soplar una brisa que aconsejaba ponerse la chaqueta.
Cuando llegué la pleamar comenzaba a remitir, y las aves a reconquistar sus áreas de alimentación. Todas menos los correlimos, que permanecieron largo rato posados entre los juncos, en actitud perezosa y sin duda aprovechando los rayos de sol.
Conté 50 gaviotas cabecinegras diferentes, entre ellas 7 marcadas en los Países Bajos con anillas de PVC, que sólo conseguí leer tras casi una hora de esfuerzo.
Poco antes de las seis aparecieron Diana y Lorena. La primera se hizo fuerte en mi telescopio y se colgó mis prismáticos. Como yo ya sé tanto no me hacen falta, ¿no sabes? Lo cierto es que se los ofrecí. Tan cierto como se los quedó todo el rato. Venía a aprender más sobre aves de ría, después de pasarse la mañana buceando. Estuvimos un buen rato descubriendo archibebes claros, chorlitos, agachadizas, agujas colinegras... Y diferenciando gaviotas cabecinegras, reidoras y canas. Entonces dimos con una gaviota más oscura que el resto: ¡otra gaviota guanaganare! Esta vez se trataba de un ave de primer invierno.
Mientras tanto, Lorena estudiaba judicaturas. Las judicaturas son unas aves de blanco plumaje moteado de renglones. En su caso las plumas no reciben el nombre de cobertoras, primarias o rectrices, sino de leyes, órdenes y reglamentos. Nunca antes las había visto yo en la ría. Por lo que pude observar, se posan en las rodillas de algunas personas sentadas, como era el caso de Lorena, en el pretil del paseo. Se dejan manejar sin temor, aleteando tan sólo al paso de alguna ráfaga de brisa, y procuran, a quien así las acoge, intensos momentos de concentración. Pocas ambiciones puede haber más intensas que la de administrar justicia entre tus semejantes, como no sea la de ser justos con ellos en cada momento de nuestras vidas. Ambas son unas oposiciones muy duras... Aunque diferentes: de la segunda te examinas cada día, y suspendes a menudo.
Había hoy:
57 Ostreros
20 Archibebes claros
3 Gaviotas canas
50 Gaviotas cabecinegras
2 Agujas colinegras
2 Agujas colipintas
1 Charrán patinegro...
Por último, dos fotos: una de la guanaguanare y otra de un grupo de ostreros disfrutando de un estupendo baño.
Cuando llegué la pleamar comenzaba a remitir, y las aves a reconquistar sus áreas de alimentación. Todas menos los correlimos, que permanecieron largo rato posados entre los juncos, en actitud perezosa y sin duda aprovechando los rayos de sol.
Conté 50 gaviotas cabecinegras diferentes, entre ellas 7 marcadas en los Países Bajos con anillas de PVC, que sólo conseguí leer tras casi una hora de esfuerzo.
Poco antes de las seis aparecieron Diana y Lorena. La primera se hizo fuerte en mi telescopio y se colgó mis prismáticos. Como yo ya sé tanto no me hacen falta, ¿no sabes? Lo cierto es que se los ofrecí. Tan cierto como se los quedó todo el rato. Venía a aprender más sobre aves de ría, después de pasarse la mañana buceando. Estuvimos un buen rato descubriendo archibebes claros, chorlitos, agachadizas, agujas colinegras... Y diferenciando gaviotas cabecinegras, reidoras y canas. Entonces dimos con una gaviota más oscura que el resto: ¡otra gaviota guanaganare! Esta vez se trataba de un ave de primer invierno.
Mientras tanto, Lorena estudiaba judicaturas. Las judicaturas son unas aves de blanco plumaje moteado de renglones. En su caso las plumas no reciben el nombre de cobertoras, primarias o rectrices, sino de leyes, órdenes y reglamentos. Nunca antes las había visto yo en la ría. Por lo que pude observar, se posan en las rodillas de algunas personas sentadas, como era el caso de Lorena, en el pretil del paseo. Se dejan manejar sin temor, aleteando tan sólo al paso de alguna ráfaga de brisa, y procuran, a quien así las acoge, intensos momentos de concentración. Pocas ambiciones puede haber más intensas que la de administrar justicia entre tus semejantes, como no sea la de ser justos con ellos en cada momento de nuestras vidas. Ambas son unas oposiciones muy duras... Aunque diferentes: de la segunda te examinas cada día, y suspendes a menudo.
Había hoy:
57 Ostreros
20 Archibebes claros
3 Gaviotas canas
50 Gaviotas cabecinegras
2 Agujas colinegras
2 Agujas colipintas
1 Charrán patinegro...
Por último, dos fotos: una de la guanaguanare y otra de un grupo de ostreros disfrutando de un estupendo baño.
Fotos de Gaviotas cabecinegras
9.2.06
9 de febrero: el Vuelvepiedras en La Voz de Galicia
La Voz de Galicia de hoy, en su edición de La Coruña, publica una nota acerca de la Vuelvepiedras canadiense, elaborada a partir de la información aparecida en la web del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento. A alguien se le ha ocurrido llamarla "Albert". Ya que es una hembra, acaso "Alberta" habría estado mejor.
Aprovecho y cuelgo esta foto de Arao tomada estos días desde el dique de abrigo de La Coruña. Era ya tarde, y el ave estaba muy lejos...
Aprovecho y cuelgo esta foto de Arao tomada estos días desde el dique de abrigo de La Coruña. Era ya tarde, y el ave estaba muy lejos...
8.2.06
8 de febrero: foto de la Vuelvepiedras canadiense
Ya conté que lo que me llevó el míércoles pasado al club Náutico fue mi intención de tomar unas fotos de la hembra de Vuelvepiedras que, de origen canadiense, inverna allí desde al menos 2001. Como me encontré con la sorpresa de la Gaviota cáspica Larus cachinnans, fue ésta quien se llevó todo el protagonismo.
Hoy por fin he tenido un momento para colgar una foto de la Vuelvepiedras. Aquí está:
Según esta web, entre Alert (Nunavut, Canada) y La Coruña median 4755,25 km en línea recta. Pero para la vuelvepiedras son más. Muchos más, porque no vuela en línea recta. Probablemente vaya y venga haciendo escala en las islas Británicas e Islandia, y siga la ruta de la costa occidental y norte de Groenlandia. Además, ¿cruzará de un solo vuelo el golfo de Vizcaya, o preferirá una ruta cántabro-francesa?
Mientras la observaba detenida en el pantalán, contemplando a su vez su paisaje invernal (el castillo de San Antón, los yates de recreo, este humano que la retrataba, los paseantes, las lanchas que se estremecían en las ondas generadas por la llegada de los arrastreros, las gaviotas, sus congéneres vuelvepiedras...), daba yo rienda suelta a mi curiosidad: ¿cuántos instantes del tiempo que permanece aquí dedicará a recordar cómo es la tundra neártica en la que nació y en la que saca adelante a sus pollos cada año, o sus estaciones de parada favoritas a lo largo de esos miles de kilómetros de ruta? ¿Invernarán también aquí sus parejas, sus hijos, sus hermanos, sus padres? ¿Cuáles serán, de los 96 vuelvepiedras con los que comparte este rincón de La Coruña, sus compañeros favoritos? ¿O no tendrá favoritos? ¿Será el suyo, con respecto a los demás, un carácter apacible, o más bien fuerte? Y cuando cae la noche y duerme, ¿soñará? Y si es así, ¿con qué soñará?
La psicología de las aves, sobre todo de las salvajes, sigue siendo un misterio. No lo es menos cómo logran navegar a lo largo y ancho de la Tierra, describiendo itinerarios capaces de unir año tras año dos rincones tan distantes como Alert y La Coruña. Y de excitar así la imaginación de esos otros misteriosos seres que somos los humanos. Los únicos capaces, que sepamos, de hallar emoción en descubrir estos hechos, revelárnoslos unos a otros e ir desvelando qué los hace posibles.
Cuántas cosas detrás de esa vuelvepiedras y sus anillas de colores, ¿verdad?
Hoy por fin he tenido un momento para colgar una foto de la Vuelvepiedras. Aquí está:
Según esta web, entre Alert (Nunavut, Canada) y La Coruña median 4755,25 km en línea recta. Pero para la vuelvepiedras son más. Muchos más, porque no vuela en línea recta. Probablemente vaya y venga haciendo escala en las islas Británicas e Islandia, y siga la ruta de la costa occidental y norte de Groenlandia. Además, ¿cruzará de un solo vuelo el golfo de Vizcaya, o preferirá una ruta cántabro-francesa?
Mientras la observaba detenida en el pantalán, contemplando a su vez su paisaje invernal (el castillo de San Antón, los yates de recreo, este humano que la retrataba, los paseantes, las lanchas que se estremecían en las ondas generadas por la llegada de los arrastreros, las gaviotas, sus congéneres vuelvepiedras...), daba yo rienda suelta a mi curiosidad: ¿cuántos instantes del tiempo que permanece aquí dedicará a recordar cómo es la tundra neártica en la que nació y en la que saca adelante a sus pollos cada año, o sus estaciones de parada favoritas a lo largo de esos miles de kilómetros de ruta? ¿Invernarán también aquí sus parejas, sus hijos, sus hermanos, sus padres? ¿Cuáles serán, de los 96 vuelvepiedras con los que comparte este rincón de La Coruña, sus compañeros favoritos? ¿O no tendrá favoritos? ¿Será el suyo, con respecto a los demás, un carácter apacible, o más bien fuerte? Y cuando cae la noche y duerme, ¿soñará? Y si es así, ¿con qué soñará?
La psicología de las aves, sobre todo de las salvajes, sigue siendo un misterio. No lo es menos cómo logran navegar a lo largo y ancho de la Tierra, describiendo itinerarios capaces de unir año tras año dos rincones tan distantes como Alert y La Coruña. Y de excitar así la imaginación de esos otros misteriosos seres que somos los humanos. Los únicos capaces, que sepamos, de hallar emoción en descubrir estos hechos, revelárnoslos unos a otros e ir desvelando qué los hace posibles.
Cuántas cosas detrás de esa vuelvepiedras y sus anillas de colores, ¿verdad?
6.2.06
5 de febrero: visita de última hora a la ría
Ana y yo llegamos in extremis, cuando el sol ya acaricia las azoteas de Fonteculler. Mientras la sombra va ganando terreno sobre el fangal (como si de otra marea se tratase), apuramos la poca luz que resta del día para contar:
35 Chorlito gris
21 Archibebe claro
2 Archibebe oscuro
2 Aguja colipinta
3 Aguja colinegra
44 Cormorán grande
Tanto el viernes 3 como hoy no hemos visto espátula alguna.
35 Chorlito gris
21 Archibebe claro
2 Archibebe oscuro
2 Aguja colipinta
3 Aguja colinegra
44 Cormorán grande
Tanto el viernes 3 como hoy no hemos visto espátula alguna.
4 de febrero: razzia gaviotera
Razzia gaviotera por Sada, Sta. Cruz y Sta. Cristina, en compañía de Alexia, Vero, Graciela, Manuel, Manolo, Berto y Roberto. Objetivo: adquirir, por parte de los menos expertos, capacitación en la identificación de la Gaviota cabecinegra y los primeros inviernos de Gaviota sombría y patiamarilla. Éxito total ya en los primeros intentos.
En Sta. Cruz vemos un par de gaviotas argénteas de primer invierno, y en Sta. Cristina una Gaviota cana de igual edad, 1 Gaviota argéntea de 2º invierno, y 1 Zampullín cuellinegro.
Al terminar la jornada cae de nuevo un chocolate calentito, aderezado por una larga tertulia. Luego Ana y yo nos vamos a un cocido con otros amigos, tras el cual acudimos al dique de Abrigo por eso de que caminandos e hace mejor la digestión. Yo, ni con esas. En los pantalanes no vemos a la Larus cachinnans, que sí observa a las 16:00 Xabi varela, según informa en un correo. O sea, que sigue por aquí.
En Sta. Cruz vemos un par de gaviotas argénteas de primer invierno, y en Sta. Cristina una Gaviota cana de igual edad, 1 Gaviota argéntea de 2º invierno, y 1 Zampullín cuellinegro.
Al terminar la jornada cae de nuevo un chocolate calentito, aderezado por una larga tertulia. Luego Ana y yo nos vamos a un cocido con otros amigos, tras el cual acudimos al dique de Abrigo por eso de que caminandos e hace mejor la digestión. Yo, ni con esas. En los pantalanes no vemos a la Larus cachinnans, que sí observa a las 16:00 Xabi varela, según informa en un correo. O sea, que sigue por aquí.
3.2.06
3 de febrero: Hoy la ría se llena de ornitólogos
Visita a la ría do Burgo a mediodía. Primero en compañía de Diana, Ana, Patricia y Laura, que vienen de hacer un examen, sin haber comido y si apenas dormir, y tras una hora de observación de aves se retiran a sus hogares para disfrutar de una más que merecida siesta. Cuando terminen la carrera (apenas les falta nada) alguien debería regalarles los mejores prismáticos del mercado. Actualmente miran a través de unos curiosos ingenios más oscuros por dentro que por fuera, cuya característica más notable es lograr convertir un paisaje fresco y soleado como el de hoy en una jornada de espesa niebla, en la que las bandadas de correlimos son sustituídas por multitud de diminutos hongos de aspecto huraño. Pero es lo que hay hasta que consigan algo mejor, y por eso se han venido hasta aquí, sin comer ni apenas dormir, y con un examen recién terminado. Su entusiasmo no me deja indiferente, ni mucho menos. Cuando se van me permito una reflexión acerca de su empeño por contemplar y comprender la vida, y el extraordinario valor que esto tiene. Ojalá hubiera más estudiantes de biología así. Ya aparece Roberto, telescopio en ristre y detectando un par de gaviotas cabecinegras marcadas. Al rato se apuntan Berto y su hijo Raúl, que han decidido que no hace frío (y que sobran jersey o cazadora), para comprobar cómo el avance de la tarde les lleva la contraria. A las 18:00 abandonan la ría presas de fuertes tiritonas, espasmos y convulsiones debidas tanto a la acción del frío como a los intentos de recuperar calor a base de agitar cuanta carne rodea a sus huesos. Ya no viene nadie más. Roberto y yo aguantamos hasta que la falta de sol nos invita a partir también a nosotros (las gaviotas ya se han ido antes, empujadas por la hora y la pleamar). Acabamos tomando un chocolate caliente en Santa Cristina. Yo hubiese metido mis pies helados en el mío, de no ser porque la cafetería estaba llena de pensionistas británicos, y luego hablan mal de los gallegos.
Entre otras cosas, hoy en la ría:
1 Gaviota de Delaware de 1er inv.
44 Gaviotas cabecinegras (de ellas 5 marcadas que pudimos leer)
2 Gaviones
382 Correlimos comunes
2 Agujas colinegras
18 Archibebes claros
1 Archibebe oscuro
33 Garzas reales
Entre otras cosas, hoy en la ría:
1 Gaviota de Delaware de 1er inv.
44 Gaviotas cabecinegras (de ellas 5 marcadas que pudimos leer)
2 Gaviones
382 Correlimos comunes
2 Agujas colinegras
18 Archibebes claros
1 Archibebe oscuro
33 Garzas reales
1 de febrero: Larus cachinnans
Mientras a media tarde fotografiaba al vuelvepiedras canadiense en el entorno del Castillo de San Antón, me llama la atención una gaviota de singular aspecto. Tiene toda la pinta de ser una Larus cachinnans, y la retrato sucesivas veces. Me acompañan Manuel y Vero, que han venido en bicicleta. Esta especie se consideraba hasta hace poco una subespecie del grupo de la Gaviota patiamarilla. Como bien es sabido, ahora la que tenemos aquí se denomina Larus michahellis (y sigue siendo Gaviota patiamarilla). La que cría en el mar Negro, y hasta Kazajstán se llama Larus cahinnans. Hay muy pocas observaciones en España. De hecho, la primera tuvo lugar hace un año, en Asturias.
1 de febrero: Fotos de la Larus cachinnans
La estructura de la cabeza, la longitud y forma del pico, las patas (longitud y color), los rasgos del plumaje (cuatro colores, silla de montar, etc...)... En fin, que yo creo que es una más que probable L. cachinnans. Las partes inferiores del ala eran concolores con el vientre y pecho: muy "blancas". En vuelo, el contraste entre el manto (gris claro) y las alas (marrones) era también llamativo.
1.2.06
31 de enero: Castillo de San Antón
Para quien no lo conozca, el Castillo de San Antón es una robusta fortificación de los siglos XVI y XVII. Creada en su momento para defender el puerto de la ciudad, hoy alberga un interesante museo arqueológico.
Entre el castillo y el dique de abrigo del puerto, una pequeña bahía acoge un par de clubes náuticos con sus pantalanes. Dos de estos últimos están actualmente desocupados, y son utilizados como dormideros por gaviotas, fundamentalmente sombrías, y vuelvepiedras.
Hoy día 31 de enero, y mientras se ponía el sol, había alí 97 vuelvepiedras, entre ellos la hembra que viene inevrnando en este rincón desde al menos 2001. Marcada con anillas de colores, es originaria de la isla de Alert, (82.51° N, 62.35° W), en el extremo norte de la isla de Ellesmere, en el Ártico de Canadá, una de las localidades más remotas de la Tierra. De hecho, es el asentamiento humano permanente más septentrional de nuestro planeta, emplazado a sólo 800 km del polo norte.
También había 1 Gaviota cana de primer invierno.
Entre el castillo y el dique de abrigo del puerto, una pequeña bahía acoge un par de clubes náuticos con sus pantalanes. Dos de estos últimos están actualmente desocupados, y son utilizados como dormideros por gaviotas, fundamentalmente sombrías, y vuelvepiedras.
Hoy día 31 de enero, y mientras se ponía el sol, había alí 97 vuelvepiedras, entre ellos la hembra que viene inevrnando en este rincón desde al menos 2001. Marcada con anillas de colores, es originaria de la isla de Alert, (82.51° N, 62.35° W), en el extremo norte de la isla de Ellesmere, en el Ártico de Canadá, una de las localidades más remotas de la Tierra. De hecho, es el asentamiento humano permanente más septentrional de nuestro planeta, emplazado a sólo 800 km del polo norte.
También había 1 Gaviota cana de primer invierno.
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