Este blog cumplió cuatro años el pasado sábado. Cuando echó a andar fue el primero en su género en España, por simple casualidad. Uno u otro tenía que serlo. Desde entonces han aparecido decenas de blogs ornitológicos por casi todas partes, que cada día nos acercan a sus lectores las más recientes noticias ornitológicas locales. La gran mayoría de ellos nos cuentan las andanzas de sus autores por lugares y zonas mucho más amplias, bonitas y ricas en avifauna que esta pequeña, urbanizada y contaminada ría do Burgo. A menudo, cuando hago aquí relación de los números de ejemplares de cada especie observados en la ría, siento cierto sonrojo. ¿A quién puede interesarle si hay un correlimos gordo más o menos? Luego me digo: por lo menos le interesa al propio correlimos gordo. Sólo que las aves no leen blogs. Así que me esfuerzo por creer que también les interesa, por poco que sea, a cuantos disfrutan mirando, observando y estudiándolas. Y a quienes se esfuerzan por conservarlas, y por conservar los lugares que habitan y comparten con nosotros. Y a los que tienen, en general, curiosidad por estas cosas.
Luego, además, resulta que el descubrimiento de ese nuevo correlimos gordo en una soleada tarde invernal ejerce sobre mí un extraño efecto balsámico. Verlo alimentándose en una orilla, y luego volando a otra, me reconforta misteriosamente. Hay en ello como una música inaudible que me conmueve y libera a la vez, de una manera que sólo puedo describir arriesgándome a resultar cursi, pretencioso o rematadamente friki. Creo sin embargo que ese tipo de sensaciones me alimentan más que un cuenco de fruta fresca, y por eso utilizo esta herramienta, el blog, para retenerlas en palabras y fotografías. De esta forma puedo regresar a ellas cuando lo necesito.
Es así este espacio en la web un diario personal abierto de par en par al que, además, llegan noticias sobre aves de todo el planeta.
Igual que las aves, las noticias vuelan. Van y vienen de aquí a allá, posándose donde pueden. Algunas son capaces de llegar a todas partes, hasta cubrir y simplificar los paisajes como una lluvia de ceniza. Otras, como las noticias sobre aves, apenas tienen lugares en los que detenerse a ser escuchadas. Aquí les brindo un pequeño refugio. Falta les hace.
Por supuesto, en última instancia todo depende de que haya alguien sentado frente a otra pantalla, leyendo cuanto aquí escribo, o copio y pego. Según el contador de visitas, son unas cuantas las personas que habéis recalado en este lugar a lo largo de estos cuatro años. De nuevo os agradezco ese interés. Además, a nadie se le escapa que hace falta cierta vanidad personal para actualizar con frecuencia un blog. Saber que a alguna gente le interesa o gusta lo que cuento es un acicate más para continuar haciéndolo, cuantas veces pueda, cada vez que surja la novedad. Una novedad en forma de noticia llegada en ocasiones de muy lejos, o de correlimos gordos, llegados de más lejos aún.