Cuando estábamos observando las Agujas colinegras, un Cormorán grande salió caminando de la ría justo frente a nosotros y, tras sacudirse el agua con una serie de aparatosos aspavientos, se encaramó a una lancha varada para proceder a secarse al aire. A pesar de estar a escasos 5 metros de él, no mostraba mayor interés por nuestra presencia, lo que nos permitió tomar varias fotos de primer plano, una de la cuales muestro a continuación. En la otra se ve a Ana alucinando con con los ojos esmeralda del Cormorán.


Como mola tu blog Toñete!
ResponderEliminarLo tengo en los links recomendados de mi blog personal, la verdad es que cada día en O Burgo tiene su historia y su "chicha".
Un abrazo,
Cosme Damián