Lluvia-sol-viento-lluvia-sol-viento... Así transcurrió la tarde mientras la marea subía y subía, cubriendo los islotes de arena y fango en los que gaviotas y limícolas apuraban el último bocado de gusanos y crustáceos.
Han llegado más Archibebes claros, y así han pasado de los 9 que ha habido todo el invierno a los 19 que conté hoy. Sus reclamos llenaban la ría. A los recién llegados se les había sumado un Archibebe común. También sumé al menos 315 correlimos comunes, 20 gaviotas cabecinegras, 33 chorlitos grises, 4 gaviones, 58 cormoranes grandes, 35 vuelvepiedras, las 6 agujas colinegras que ya estaban el día 9...
A las que no llegué a ver durante las dos horas que permanecí allí fue a las espátulas.
Hubo un momento en que tuve que abrir el paraguas y aguardar a que pasase un molesto chaparroncete de minúsculas y volátiles gotitas. Luego salió el sol, y mi chubasquero se secó casi al instante. A continuación sopló el viento, y tras él regresó la lluvia. Y luego el sol, etc, etc.
14.2.05
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