Helador vendaval del nordeste.
Un frío intensísimo recorre Galicia y deja los paisajes del interior cubiertos de nieve. Aquí en la costa, al menos en la ría de O Burgo, no ha nevado, aunque en determinado momento se me posaban en las mejillas algo así como microscópicos cubitos de hielo que más que deshacerse parecían atravesarme el rostro.
Apenas había nadie en el paseo marítimo. El estuario, en cambio, se mostraba tan pletórico en vida como siempre. Han aparecido una Aguja colinegra y dos Archibebes claros más, así como dos espátulas inmaduras (foto más abajo), que no tengo muy claro si serán algunas de las que estuvieron por aquí casi todo el invierno, y se largaron hace tres semanas.
Sigue en la zona la Gaviota reidora A12N, que por cierto es alemana de Westfalia, y tras pasar varios años invernando en Avilés (Asturias) se ha venido a tierras gallegas quién sabe por qué motivo.
Los correlimos y chorlitos eran hoy los únicos que compartían con las personas la cara de frío. Muchos de ellos, como el otro día, se refugiaban del viento tras las matas de juncos. Yo no tenía dónde meterme. Hasta la capucha me puse, encima del gorro de lana. En un momento dado sopló una racha especialmente rabuda y casi me voy al suelo con el telescopio. Decidí que era un buen momento para terminar con la excursión de hoy.
28.2.05
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