
Si el pasado sábado la cifra de trinadores era de sólo 6 (dos más que durante todo el invierno), hoy conté 48. Como suele ser habitual, se mostraban confiados:

La marea estaba muy alta, y subiendo, y si cuando llegué aún reinaba el sol, al marcharme retumbaban los truenos y el cielo se había oscurecido tanto que daba hasta cosa andar por allí. Con los zarapitos han aparecido 6 correlimos comunes, 1 chorlito gris, 1 chorlito dorado, 2 agujas colinegras y 1 colipinta. La cifra de archibebes claros sigue siendo la misma, y sólo había 3 vuelvepiedras. No ví ni un cormorán grande, y sólo 5 gaviotas reidoras. Las cabecinegras, todas aves de segundo año, eran 8. Sigue alta la cifra de andarríos chicos: 10, y hay 3 garzas reales y 8 garcetas comunes. Dos charranes patinegros pescaban en el centro de la ría, y en los prados 4 machos de lavandera boyera acompañaban a 11 lavanderas blancas. Andaban por la zona, además, un macho y una hembra de collalba gris.
En un momento dado escuché un sordo clamor a mi derecha, a unos treinta metros, y me volví hacia allí para descubrir que lo que despertaba la admiración de los paseantes era esta familia:

Por cierto, que Birdguides acaba de publicar un breve artículo de lo más interesante sobre la migración del zarapito trinador. Gracias a él he descubierto una página web, que no conocía, dedicada al seguimiento vía satélite de los movimientos de varios ejemplares de esta especie. Podéis visitarla picando aquí.
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