17.2.09
16 de febrero: mucho sol y ninguna novedad
El paseo por la ría de hoy fue uno de los más tranquilos que recuerdo. Tan sólo el vuelo de un macho de gavilán fue capaz de desperezar durante unos minutos a las gaviotas, que hasta entonces no habían hecho más que dormir, estirarse, rascarse, bañarse... El sol pegaba con fuerza, y hasta yo bostezaba cada dos por tres. Había un buen puñado de gaviotas cabecinegras: 73 (dos de ellas marcadas con anillas de color en Francia). Además, entre otras cosas, conté 295 correlimos comunes y 4 correlimos gordos.
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