Tras casi un mes de necesario descanso, este blog vuelve a tener actividad. Vamos allá de nuevo.
Ayer sábado estuve de paseo por la ría, en cuyas orillas ya cantaban los mosquiteros ibéricos, recién llegados de tierras africanas y con ganas de animar el ambiente en los primeros días de sol después de tanto temporal. Tras oir el primero me quedé muy parado al pie de los árboles desde los que reclamaba, con una mano en una oreja a fin de captar cada matiz de su voz. Cuando me di cuenta de que estaba sonriendo como un bobo era demasiado tarde: ya me habían descubierto en tan llamativa actitud varios paseantes. Cada vez que me suceden cosas así, saco rápidamente el cuaderno de campo y apunto algo. Es un viejo truco para hacer ver a los curiosos hasta qué extremo la ciencia nos exige a los ornitólogos prescindir del "qué dirán". Por supuesto, mientras apunto sustituyo la sonrisa de bobo por una mueca que pretende expresar esfuerzo intelectual, y a continuación sigo mi camino con la elegante seguridad de quien cree haber acertado a la hora de elegir su destino.
Hoy el destino tenía aspecto de gaviota de Delaware. Un ejemplar de primer invierno de esta especie norteamericana se acicalaba junto a una gaviota cana en una de las isletas de fango que descubría la marea al retirarse. Lamentablemente, cuando iba a sacarle una foto pasó por allí un halcón peregrino. Todas las gaviotas de la ría echaron a volar para posarse a los pocos minutos. No volví a localizar a la Delaware. Así que no hay foto.
Tampoco llegué a ver a las cuatro espátulas que esta última semana registró aquí Marcos Suárez. Han debido de marcharse, porque no estaban por ninguna parte. Por lo demás, esto es parte de lo que conté con la marea ya muy baja:
31 chorlito gris
21 garceta común
61 vuelvepiedras
4 corrlimos gordo
261 correlimos común
5 zarapito trinador
11 gaviota cabecinegra
10 archibebe claro
28 cormorán grande
2 ánade friso
Y 2 archibebes comunes:
Luego me fui a echar una ojeada desde la playa de Bastiagueiro a las aguas de la ría de A Coruña. Frente a la isla del Castillo de Santa Cruz descubrí un grupo de 24 negrones comunes, una buena cifra.
Para celebrar entre otras cosas mi vuelta a la ría y al blog me fui después a zamparme una laconada. La segunda en 24 horas.
15.2.09
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