30.1.06

30 de enero de 2006

Ayer a estas horas, hacia el mediodía, recién abandonaba los nevados campos que rodean La Nava palentina, a donde acudí en compañía de otros 11 echaospalante. Los hombres del tiempo nos auguraban un espeluznante fin de semana, y nosotros no hicimos otra cosa que disfrutar, el domingo allí y el sábado por Villafáfila. No hay como desafiar a la autoridad competente (y que salga bien). Hoy, con la retina todavía improntada por aquel despejado paisaje salpicado de grupos de ánsares, de alondras y cigüeñas, me he venido a ver cómo andaban las cosas por la ría. Apenas soplaba el viento, y reinaba el sol sobre una más que notable pleamar que traía locas a las aves. La creciente marea les robaba cada minuto sus posaderos favoritos, obligándolas a defenderlos o marcharse. Entre otras cosas, había:

1 Gaviota de Delaware de 1er invierno
1 Gaviota cana adulta
4 Espátulas (2 adultas, 2 de 1er invierno)
26 garcetas comunes
29 Garzas reales
1 Gavión de 2º inv
15 Zampullines chicos
4 Zarapitos trinadores
1 Zarapito real
19 Archibebes claros
34 Chorlitos grises
3 Agujas colinegras
1 Aguja colipinta

Y Correlimos, ostreros, reidoras...

30 de enero: Chorlito gris

Hoy había en la ría 34 chorlitos grises.

30 de enero: Las espátulas capturan la luz

El blanquísimo plumaje de las espátulas captura la luz invernal incluso desde lejos.

30 de enero: Composición de espátulas y cormoranes

En la ría la imaginación también vuela. Estos cinco parece que se colocaron así para provocar al fotógrafo, a quien no le quedó más remedio que retratarles.

30 de enero: Bisbita común

24.1.06

24 de enero: una gaviota que cruzó el océano

Hoy a mediodía, poco antes de venir a la ría, le escribía yo a mi amigo Gorka Ocio expresándole mi envidia (poco sana, dicho sea de paso) por lo bien que había empezado el año en su Euskadi, observando rarezas como Estornino rosado, Gaviota polar o Gaviota de Franklin. No es que yo haya pajareado mucho desde el día 1, pero hace ya tiempo que echo de menos encontrar una especie poco común.

Apenas una hora después de hacer click en el “enviar” de ese e-mail, me hallaba yo, casualidades de la vida, ante una Gaviota reidora americana adulta (Larus atricilla). Esta cita hace, según he deducido a partir de la página “Rare Birds in Spain”, de Ricard Gutiérrez, la número 18 para España desde que en noviembre se observó un ejemplar también adulto en Cariño, A Coruña. Este otoño-invierno ha habido una entrada espectacular de esta especie americana en las costas atlánticas europeas. Así, sólo en noviembre se observaron en las islas Británicas en torno a 60 ejemplares (British Birds 99:54-58). O sea, que este año la Gaviota reidora americana no es tan-tan rara a este lado del océano.

Estaba escaneando un grupo de reidoras comunes con los prismáticos cuando topé con una más oscura y larguirucha y ya sin darle muchas vueltas saqué la cámara, la fijé al telescopio y tomé varias fotos. Posó razonablemente bien, e incluso se me acercó para entretenerse ante mí unos minutos antes de marcharse volando de forma decidida sobre el parque hacia el fondo del estuario. Lo cierto es que al final la vi casi más a través de la cámara que del telescopio.

De regreso ante el ordenador he echado cuentas de las observaciones de Larus atricilla este invierno en España, y si no he sumado mal han resultado así (contando esta mía de hoy):

Total: 18 aves (4 adultas, 2 de 2º inv., 12 de 1er inv.)
Euskadi: 1
Asturies: 4
Galicia: 7
Andalucía: 2
Atalunya: 2
Canarias: 2

De los 4 adultos citados, 3 fueron observados en Galicia.

Por lo demás, entre otras cosas había en la ría:

3 Espátulas (1 ad., y 2 de primer invierno)
3 Garcillas bueyeras
2 Archibebes comunes (nuevos: desde finales de otoño no observaba por aquí esta especie)
1 Gaviota cana de 1er inv.

Ahí van unas fotos.

24 de enero: fotos de la Gaviota reidora americana



24 de enero: fotos de espátulas y garcillas bueyeras

Espátulas y bueyeras compartían con garzas y garcetas el dormidero del extremo del juncal.


24 de enero: Fotos de Garceta común

Ahí van dos fotos tomadas hoy a una muy confiada Garceta común. La primera me gusta especialmente.


16.1.06

Ecos de guerra en O Burgo

El sábado 14, de vuelta del censo de aves acuáticas invernantes por Ferrol, y a punto de anochecer, hice una parada en la ría para echar una ojeada. Pleamar completa. No estaban las espátulas, pero sí las garzas y garcetas en número similar al día 10. Un aficcionado al esquí náutico iba y venía de O Burgo a A Pasaxe, remolcado por la que debía de ser su señora, o novia, sentada al timón de una fueraborda. Compartía el campo de juegos con cuatro piragüistas. ¿Se ausentaban por este motivo las espátulas? No lo sé. Los limícolas, desde luego, se mostraban muy inquietos, volando sin llegar a posarse en ningún momento.

Hoy lunes 16 me encuentro en el periódico con que ayer se celebró en el puente medieval de O Burgo la recreación de un episodio de la batalla de Elviña (que enfrentó a franceses e ingleses a las puertas de La Coruña). Dice la noticia: “la contienda fue muy dura, y los soldados galos -comandados por el mariscal Soult - no se dejaron amedrentar, y lucharon con uñas y dientes, e incluso cañones, para librar esta batalla”. A mí estas recreaciones de hechos tan sangrientos me entristecen, y no las entiendo. Incluso me produce cierto temor que personas adultas gusten de disfrazarse y jugar a asesinarse unos a otros. Pero el número de ciudadanos de todas las edades que según la prensa “disfrutaron” de la función me obliga una vez más a preguntarme si no seré yo el raro. Y si bien creo que una breve conversación habría bastado para convencer a muchos de los presentes de que lo rememorado es una barbaridad, y por lo tanto en absoluto merecedor de celebración alguna, creo que habría sido vano explicarles a continuación las consecuencias de los tiros y cañonazos, además, sobre las aves de la ría.

“Las aves vuelan, y se van a otro sitio. No les pasa nada”, me responderían los más amables. “Lo que a usted le fastidia que se larguen, porque le gusta mirarlas. Pues ya ve, a nosotros nos gusta mirar estas batallitas”, contestarían los más agudos. A mí me parece que lo que vuela y se va a otro sitio son en ocasiones la inteligencia y la sensibilidad. Y así, la posibilidad de contemplar otra tranquila jornada en la vida cotidiana de centenares de aves salvajes es sustituida, sin siquiera valorarlo, por el eco de la guerra: ¡BUM-BUM-BUM! ¡BANG-BANG-BANG! Jugar a matarnos todavía es más guai que admirar otras vidas.

13.1.06

Otras dos fotos de estos días

Dos fotos de agachadizas comunes descansando al sol entre los juncales la tarde del 10 de enero. Ninguna hace justicia al extraordinario plumaje de estas aves. Siempre que tengo la posibilidad me detengo un buen rato a disfrutar de su diseño.



12.1.06

11 de enero de 2006

Frente a las playas de Santa Cristina y Bastiagueiro había hoy un total de 23 negrones comunes, 2 alcas y 3 cormoranes grandes. Mediaba la tarde, y había cierto trasiego de embarcaciones de ocio. Los negrones recelan de todas ellas, agrupándose y alejándose cuando navegan a varios cientos de metros. Me huelo que las motos de agua, las tablas de windsurf y el parasurf (o como se llame lo de ir colgado de un paracaídas con una tabla amarrada a los pies), frecuentes en esta zona, evitan la conservación, en este rincón de Galicia, de una población estable y potente de negrones invernantes (como la que había hace 10 o 15 años). Y de colimbos. El colimbo grande y el chico eran antaño habituales aquí durante todo el invierno, y ahora sólo aparecen durante los pasos, para largarse entrado ya diciembre.

11.1.06

Fotos de ayer 10 de enero

He aquí unas cuantas fotos tomadas ayer.


Para empezar, un retrato de Andarríos chico soleándose a media tarde.


Un Vuelvepiedras "panívoro". Y no era el único. Un puñado de ellos se peleaban por picar, de uno en uno, de este generoso pedazo de bolla que alguien había arrojado a la orilla de la ría.

10.1.06

10 de enero de 2006

Esta semana toca censo de aves acuáticas invernantes. Hoy he pasado tres horas contando gaviotas (sobre todo reidoras), limícolas, cormoranes... Esto de los censos no es tarea fácil. Si nunca has participado en uno, no sabes lo que te pierdes. Las emociones más intensas se suceden como los camiones en la entrada de un polígono. Cuando estás a punto de terminar de contar los correlimos, uno de ellos se asusta no se sabe por qué y echan todos a volar gritando de pánico y formando una, dos o tres encantadoras nubecillas. Tarde o temprano se posan, claro. Y a volver a empezar, pletórico de gozo. Luego te pones con los chorlitos. Cada uno de ellos parece saber que le estás asignando un número. Te miran con expresión medrosa. Se esconden sigilosamente tras los juncos. Ocultan la cabeza bajo el ala mientras se alinean para que no sepas si estás viendo uno o tres de ellos. Cuando esás a punto de acabar de contarlos, uno de los correlimos se asusta no se sabe por qué, y los chorlitos y los correlimos echan a volar juntos, gritando de pánico y formando una, dos o tres encantadoras nubecillas. Tarde o temprano se posan, claro. Y a volver a empezar, cada vez más enamorado de esta afición que tienes. Cuando ya están los correlimos y los chorlitos, empiezas con los archibebes. Hace un momento estaban todos juntos, pero les has dado tiempo y ahora se han dispersado por toda la ría, tal que un grupo de escolares en un centro comercial. Allí hay uno. Más allá, tres. A ese otro lado vuelan dos. Aquello parece otro... Con aquél ya me llevo... Y entonces... Sí, el correlimos se asusta y bla bla bla y gritando de pánico y bla bla bla y nubecillas y bla bla y claro bla bla, y a volver a empezar, cada vez más entusiasmado.

Las garzas, garcetas y espátulas se cuentan razonablemente bien. Suelen permanecer razonablemente quietecitas, incluso hieráticas, como esculturas paganas cubiertas de plumas y plantadas en mitad del estuario por una inquietante tribu. Sin problema.

Lo que más miedo da, con todo, son las gaviotas reidoras. Hay cientos. Miles. Y tienes que esforzarte por contarlas una a una. Puedes hacerlo de diez en diez, pero tienes tu orgullito ornitológico, así que te armas de valor y empiezas. Undostrescuatrocincoseissiete... Cuando vas por ochocientos y pico alguien te saluda a tu espalda. Te vuelves. Una pareja de amiguetes. Hombre, qué alegría, cuánto tiempo sin veros, qué tal las navidades, etcétera, bueno te dejamos, que vemos que estás liado con tus pájaros, pues sí, ya sabéis, y hoy toca censo, ¿a sí?, ¿qué es eso?, pues bla bla bla y en fin, ya nos veremos, un abrazo, adiós. Undostrescuatrocincoseissiete... Vas bien, vas bien, ya pasas de dos mil, y de nuevo alguien te saluda. Perdone. Dígame, dígame (es un señor mayor encorvado por el peso de los años al que sigue penosamente un perrete negro aún más encorvado). Usted sabe mucho de pájaros, ¿verdad? Hombre, mucho, mucho... Pues yo quería preguntarle cuáles son esos pequeñitos que están todos juntos y corren y pican en el suelo... Se llaman correlimos, píllaras en galego. ¿Y puedo mirarlos por "eso"? Pongo el telescopio a su nivel, le enfoco los correlimos y me conforto en su satisfacción. No hay como instruir deleitando. El perrete no me quita ojo. Como no me lo pide directamente, no le ofrezco mirar también él por mi telescopio, y al final se van. Undostrescuatrocincoseissiete... Y así, por fin, hasta 2846. Bufff.

Todo esto, que no es todo, es absolutamente cierto. No me he inventado nada. Así ha sido mi tarde de hoy. Los resultados, los fríos números, son estos:

Garceta común: 26
Cormorán grande: 53
Charrán patinegro: 1
Andarríos chico: 11
Vuelvepiedras: 18
Garza real: 37
Espátula 3 (1 adulto, 2 de 1er año)
Ostrero: 58
Zarapito trinador: 4
Zarapito real: 1
Zampullín chico: 15
Aguja colipinta: 2
Aguja colinegra: 1
Correlimos común: 401
Chorlito gris: 38
Archibebe claro: 23
Archibebe oscuro: 1
Agachadiza común: 6
Gaviota cabecinegra: 53
Gaviota reidora: 2846
Gaviota patiamarilla: 5
Gaviota sombría: 129
Gavión: 1
Ánade real: 48

Reinaba un sol radiante, pero no te acababas de sacudir el frío. Aunque yo, si me estremecía, era por el grito de pánico de ese correlimos, convocando con eficacia a sus congéneres a otra orgía más de veloces nubecillas aladas.

9.1.06

Días 4 y 8 de enero de 2006

Observaciones de Amadeo A. Pombo en la ría do Burgo enviadas a Galiciaves, el foro de la Sociedade Galega de Ornitoloxía (SGO - www.sgosgo.org):

Para: galiciaves@yahoogroups.com
De: "Amadeo Antonio Pombo Eirín"
Fecha: Sun, 08 Jan 2006 17:28:01
Asunto: [galiciaves] Baldaio y ria do Burgo

(...)

En la ría del Burgo el día 04 de enero había 4 espátulas (3 de 1º año),
hoy día 08 de enero sólo 2 (1 de 1º invierno), y 4 Gaviotas canas de 1º
invierno Larus canus canus, además 44 Gaviotas cabecinegras (26 adultas, 12 de
2º invierno y 6 de 1º invierno). Un saludo.
Amadeo A. Pombo.

2.1.06

2 de enero de 2006

El año ha empezado gris y húmedo. Hoy ha llovido un rato, y toda la tarde ha soplado un suave viento del norte. Observaciones:

1 Espátula. Hacía ya semanas que no se dejaba caer ninguna por aquí. Esta era un ave de primer invierno. Más abajo hay varias fotos simpáticas.
64 Ostreros. Por fin una cifra similar a la del año pasado por estas fechas.
55 Gaviotas cabecinegras, 37 de ellas adultas, 8 de 2º año y 10 de primer año. Ninguna estaba marcada con anillas de colores.
1 Gaviota cana de primer invierno.
1 gavión de tercer invierno.
4 Zarapitos trinadores.
31 Chorlitos grises (pero seguro que me perdí varios escondidos entre los juncos)
1 Aguja colinegra
1 Correlimos gordo
Muchos Correlimos comunes, imposibles de contar bien hoy.
34 Garzas reales
Y Archibebes claros, garcetas, cormoranes grandes, gaviotas reidoras, patiamarillas y sombrías...
Esta Espátula parecía no saber qué hacer con su pico... Por supuesto, estaba acicalándose.

¡UUUAAAAHHH! Vaya bostezo tan desmesurado, el de esta Gaviota cabecinegra. La Gaviota reidora que la observa sin duda ha obtenido una espléndida panorámica de su garganta.

Cuando la marea estuvo ya demasiado alta para seguir alimentándose, los ostreros volaron junto al juncal para procurarse algún bocado de última hora y acicalarse antes de disponerse a dormir.

Esta es sólo una porción de los cientos de Estorninos pintos que como cada tarde se detenían en los jardines rumbo a sus dormideros en la ciudad de La Coruña.

En los prados, encharcados, conté hasta 9 Bisbitas comunes. Este también se atusaba el plumaje. Su gesto de atención se debe a la presencia de dos perros.

Posado al borde de la laguna artificial, este Martín pescador vigilaba las evoluciones de una Garceta próxima, acaso pendiente del despiste de algún pececillo.

Para terminar, la otra cara de la vida. Esta vez le ha tocado a una Gaviota reidora de menos de un año de edad. Yacía sobre la hierba, al pie de un árbol.