El The Guardian de hoy publica un artículo acerca de un estudio que demuestra que los carboneros comunes que viven en las ciudades (en Praga, París, Londres y Amsterdam) adaptan sus cantos al medio urbano, debido sobre todo al fragor del tráfico. Sus cantos resultan en la ciudad más rápidos y breves a la vez.
Science Daily amplía la información e incluye la referencia al estudio, publicado en Current Biology.
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