Me vengo a la ría sin comer, y hago mal porque me pego una buena pateada a fin de prospectar todo el estuario, donde la bajamar es espléndida. Me cruzo con los tipos humanos habituales: corredores, ciclistas, paseantes enamorados de sus canes, andarinas señoras entradas en años, mamás con carritos... Pero muy pocas aves, como es de ley en estas fechas.
Aún así, la cosa no está del todo mal, pues registro una entrada notable de Gaviotas cabecinegras (2 adultas, 3 de 3er año y 6 de 2º año), que se corresponde con el movimiento de aves hacia el oeste que este fin de semana se advertía desde los cabos. También ha crecido el número de Gaviotas reidoras (hasta 35), si bien no he visto ningún joven del año, edad sí presente ya en la ría de Ferrol, según me cuenta Pablo Pita.
También han aparecido 5 Ostreros, tras varias semanas sin ver ninguno, y las Garzas reales ascienden a 7. Había además 10 Gaviotas sombrías, 1 Charrán patinegro y la Bonaparte.
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