El último número de British Birds (99: 441-445) incluye, entre las noticias breves, una que no me he resistido a incluir aquí. Tiene como protagonista al Carricerín cejudo, una especie que dudo que llegue a ser registrada jamás en la ría do Burgo y alrededores, pero que es citada en estas fechas, todos los años, en diferentes humedales de Galicia.
Recientes investigaciones en torno a la biología reproductora del cejudo han revelado detalles hasta ahora desconocidos de su vida sexual. Los machos, además de furiosamente promiscuos, se cuentan entre las especies de de aves más generosamente dotadas por la naturaleza para esta emocionante actividad. Tienen todo muy grande. Más que, en proporción, el resto de aves en general. Y sacan provecho. Tanto ellos como las hembras. Si la mayoría de las especies de aves dedican a la cópula entre 1 y 2 segundos, los Carricerines cejudos se entregan durante una media de 23,7 minutos, y llegan a pasar hasta 35 minutos dale que te pego.
Quedaros con estos datos para la próxima vez que os reunais con los amigos en torno a unas cervezas. Como punto de partida para múltiples reflexiones chuscas son impagables. Propongo una: si el Carricerín cejudo tiene una longitud de 13 cm, y su cópula se prolonga como media 23,7 minutos, calculad, a partir de vuestras respectivas tallas, cuánto tiempo deberíais cada uno de vosotros dedicar al asunto para estar “a su altura”.
El Carricerín cejudo, como sabéis, es una de las aves más amenazadas de Europa. Como bien dicen en British Birds, el animalito hace cuanto puede para que no sea así.
22.8.06
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