Nada más llegar a la ría una ráfaga de viento me llenó los ojos de arenilla. Mal empezamos, me dije. Al rato me enfundaba a toda velocidad en el traje de agua, sacaba el paraguas compacto que me compré el otro día y avanzaba penosamente, contra el viento y el agua, cara a mi punto de observación favorito. Los árboles del paseo se agitaban más que Chayanne el día que tuvo pulgas, y las Lavanderas cruzaban frente a mí como lanzadas desde un tirachinas. Llevaba toda la mañana somplando con mucha fuerza del suroeste, y los partes avisaban de mar arbolada a pocas millas de la costa.
Las gaviotas llenaban la superficie oscura del agua, y en cuanto pasó el primer chubasco hice un rápido conteo: unas 650 Reidoras, 63 Cabecinegras y cerca de 170 Sombrías, además de 15 Patiamarillas. Con el arcoiris a lo lejos, la escena resultaba de lo más resultona:
Mientras contaba las gaviotas descubrí a la Bonaparte posada entre ellas. Por no perder la cuenta del censo, y creyendo que la tenía bien situada para regresar de nuevo a ella, la dejé “a un lado”, y cuando terminé de contar ya no fui capaz de relocalizarla. Luego pasó un Águila calzada y casi todas las gaviotas se levantaron, algunas se fueron, y ya no la vi más. Esta cabecinegra se mantuvo atenta al cielo durante un buen tiempo después:
Y es que una Calzada no es algo que se vea aquí todos los días, precisamente. La sorpresa saltó entre las 40 garzas reales, 26 Garcetas y 35 Cormoranes grandes:
¡Un Flamenco! Casi seguro que es el mismo ejemplar que llevaba un par de semanas en el embalse de Cecebre. De ser así, bien podría haberse largado de allí a causa de la subida del nivel del agua causado por las intensas lluvias del fin de semana. Se le veía de lo más tranquilo. Tanto, que incluso me atreví a abusar de su confianza, y le pedí que posara junto a una Espátula a fin de que, contemplando los singulares picos de ambos, los lectores pudiéseis reflexionar acerca de la diversidad de la vida, y de los picos de las aves en particular:
Gracias a los dos. Las Espátulas, por cierto, siguen siendo 3. Tres eran también las Agujas colinegras, y 13 los Archibebes claros, y además había 1 Archibebe común, 4 Andarríos chicos, y 1 Correlimos común.
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6 comentarios:
Extraordinario relato!!! lo del tirachinas tal cual, esta mañana en la laguna de xuño vi eso con lavanderas( tal cual). en galiciaves hablan de un águila calzada en Vigo.
Gracias
Hace pocos años, al menos en la zona de A Coruña, se sucedieron registros de Águila calzada a lo largo de los meses de invierno, que corresponderían a dos o tres ejemplares.
El dia de las aves a primera hora de la mañana gente da hábitat dijo observar 4 espátulas (3 podrían ser adultas)y un joven.
El domingo capturamos un Charrán patinegro a mano(agotado) en S. Antón con anilla del BTO.
Saludos.
Hola Amadeo
Las que había ayer eran tres jóvenes. Los de Hábitat (Santi y Óscar) me dijeron que no llegaron a ver más de tres aves juntas.
Pola mañá, cando non chegaran Amadeo nin Santy -si Óscar-, vimos claramente unha xuvenil por libre, alimentándose e desprazándose activamente. As tres adultas estaban xuntas. Á tarde, cando vin tres individuos xuntos non lle din máis importancia e dediqueime a ensinar outras aves aos que pasaban, pero paréceme que un deles quitou o bico e era rosa. O resto do tempo, todos durmindo, pero preguntádelle aos da tarde, que saberán dicirvos mellor (Santy, Ramón...).
Un saludo
Entonces son ejemplares diferentes. Las tres de ayer eran juveniles. En total habrían pasado entre el sábado y el domingo por la ría entre 6 y 7 espátulas.
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