Todavía en proceso de reconciliación con la vida cotidiana, con las secuelas de la despedida del 2006 lejos de disiparse del todo, me vine a la ría a mediodía para disfrutar de una caminata de dos horas mirando aves. Hacía calor, y el paseo se fue llenando poco a poco de gente. Había más corredores de lo habitual, sobre todo de cierta edad. Algunos sin duda huían de "El Sobrepeso". Por la congestionada expresión de sus sudorosos rostros, se diría que "El Sobrepeso" ya les había alcanzado en algún momento anterior de sus vidas, con traumáticas consecuencias: “ese a mí no me pilla más. Ni de coña. Un-dos-un-dos-un-dos... Ni de cooooña”.
Han aparecido un par de espátulas nuevas, un joven y un adulto. Son por tanto ya tres las que se reúnen aquí:
Otra novedad es la aparición de este chorlito dorado:
Es una especie muy poco frecuente en la ría. También se ha presentado una gaviota de Delaware, un primer invierno diferente de la que vi el otro día. Una vez más, me fue imposible fotografiarla. Todo lo que obtuve fue esta “especie de foto”. A ver si sois capaces de descubrirla. Al menos el pico se le ve algo...
Por lo demás, había pleamar y no pude contar del todo bien. El número de gaviotas cabecinegras había bajado a 78, y el de chorlitos grises era de 30. Las garzas reales, 35. Los cormoranes grandes, 31. las garcetas comunes, 23. Los archibebes claros, 18, y sigue el oscuro. También siguen las agujas colinegras y el correlimos gordo:
Al pasar junto a la laguna artificial frente a Fonteculler descubro la presencia allí de dos zampullines chicos, un cormorán grande y un alca. Esta última debe ser la que lleva varios días dentro del estuario. Un par de minutos más tarde un fuerte chapoteo llama mi atención en un extremo de la laguna. Se repite un par de veces. Mi sorpresa es mayúscula cuando veo emerger del fondo al cormorán con el alca en el pico. La lleva por la base del ala izquierda. El alca se debate como pude, y el cormorán se la lleva al fondo. Nuevos chapoteos bajo la superficie. Otro cormorán llega volando atraído por la escena, se posa junto al primero y de inmediato se sumerge. Unos largos segundos de suspense después, el alca aparece sola más allá. Buf... De un rápido buceo se acerca a donde yo estoy, situándose a sólo un par de metros de mí. Me mira mientras la retrato, pero le deben dar más miedo los cormoranes:
Luego se larga de la laguna a la ría. Más tarde, mientras charlo con un amigo que me he hecho en el paseo, la descubro pescando entre los canales del juncal
Por cierto que este amigo, oriundo de Cuenca y buen conocedor de las aves el entorno de las Hoces del Cabriel, me cuenta que por la noche suele encontrarse con frecuencia con las nutrias en la zona más estrecha del estuario. Y que en alguna ocasión incluso ha visto zorros paseando por las descubiertas de limo frente a la orilla de Oleiros.
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