4.9.06

4 de septiembre: Qué calor

Hace un mes, en Argentina, nos explicaron por todas partes que la ola de calor que reinaba en pleno invierno no era normal. Incluso habían comenzado a fallecer vacas en las estancias. En julio del año pasado caminamos por unas montañas suecas cuyas rutas estaban marcados por pértigas coloreadas. El exceso de calor había descongelado el permafrost y los senderos a media ladera se habían ido corriendo pendiente abajo. Más atrás, en Costa Rica, la cosa también estaba “rara”. Este año una amiga que ha estado allí nos ha contado que durante toda su visita no llovió. Que no llueva en Costa Rica en época de lluvias es algo así como que no suba la marea dos veces al día en la ría do Burgo. Hoy aquí, en la ría, estuve más cerca que nunca de la insolación. Qué calor. Además: qué poco me gusta el calor.

La marea comenzaba a retirarse, y las aves a dispersarse en torno a los posaderos. La única novedad eran dos Agujas colinegras. Había 22 Correlimos comunes, 8 Chorlitejos grandes, 8 Zarapitos trinadores, 5 Andarríos chicosy 7 Ostreros y 3 Vuelvepiedras entre las limícolas. No censé las gaviotas (ni busqué a la Bonaparte), y sí las garzas: 18 reales y 11 Garcetas. Los Cormoranes grandes eran 10.

1 comentario:

Amadeo A. Pombo Eirín dijo...

Toma nota Toñete, el día 1 de septiembre por la noche, escuché en la ría los reclamos de los primeros Correlimos Menudos (C.minuta)del paso, eran varios indvs, a ver si aparecen por allá.
Saludos.